El
plenilunio hizo la bandera, me planto como una loba furiosa dispuesta atacarte
con vehemencia.
La longitud de mi cabello se suelta
con enjundia para contrastar las mortales fustas de mis caderas.
Es mi negligé negro el que castiga a
la libido para cuando te tenga al frente lanzarte sobre la trinchera.
Iridiscentes cadenas poseo para las extremidades,
iluminando con velas y la cera cayendo en pleno talle.
Sadismo en los ocelos al momento de
desnudar el cuerpo para jugar con el excitante del sufrimiento.
Se propone deshacernos de céfiro romance
y expiarnos con el vergajo de un macho y una hembra.
El fuego comienza y los suplicios
jubilosos queman con las palmadas incinerando la piel en truculencia.
Se acaba el arsenal de besos y nos
armamos con mordidas para gritar justo al masoquismo del placer férreo.
Dominante loba soy sacando la lengua
pillando tus orgasmos y espumarajeando sin misericordia las laderas.
Con fervor me afianzo al erecto báculo
para retumbar con fuerza la cama mientras permaneces amarrado.
Poniendo crueldad en mis movimientos
serás víctima del ajusticiamiento y el masoquismo de mis dilatados labios.
Soy la ardiente loba cumpliendo la
fantasía de vestir cuero, portar látigo y azotar con pasión y fiereza el gozo.