KILÓMETROS

           Moviéndome por el periplo de mis sueños, te vislumbré arribar a mi lumbral con valijas llenas de deseo.

            Nómada por los surcos de mi cuerpo, llegaste en pasión para romper mi pijama y emprender el éxodo de los besos.

            La desnudes peregrinando la odisea, expulsando caricias viajeras por la geografía de mis continentes.

            Aterrizaste a mis pechos como emigrante excitado, aventurero afanoso por morderme igual que azafata a mis pezones.
           
            La lengua errante se trasladó por cuevas y torres, gemíamos con las marismas de la saliva por todos los alrededores.
  
            Y despegaste al avión por el delirio de mi interior, con dureza y turbulencia mi piel despidió los choques de tu ardor.

            Cubierta de sudor la travesía de tus dedos ocupaba cada agujero, era el crucero de la penetración en pleno babor.

            Y con solo un quejido del sueño desperté, te tenía en el teléfono tratando de cortar los mares y la lujuria.

            Tu voz a kilómetros recorría totalmente caliente, acompañando a mi respiración agitada por imaginarte junto a mí.   

            A distancia la excursión de sentirme en tus brazos traté de aplacar, con seductor tono me dijiste: mojada te quiero encontrar.

            Entonces la puerta vi abrirse y al celular lo echaste a volar, era real, estabas frente a mí cuando la vehemencia me hacía alucinar.
   
            Y totalmente dilata y con ganas me introdujiste a viaje de los amantes que se vuelven a encontrar con ansiedad.